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jueves, 26 de julio de 2012

EVITA PERON A 60 ANOS DE SU MUERTE ESTA FORTALECIDO SU MITO

El mito de la ex primera dama argentina Eva Duarte de Perón sigue creciendo y a 60 años de su muerte se consolida como una de las figuras más importantes de la historia de este país sudamericano.
El recuerdo de Evita en Argentina es permanente a través de un museo propio, una ciudad que lleva su nombre, una luminosa instalación gigante emplazada en el Ministerio de Salud y su tumba, que es uno de los atractivos turísticos de Buenos Aires.


Además, la presidenta Cristina Fernández anunció anoche que la imagen de la ex primera dama se plasmará en los billetes de 100 pesos que comenzarán a circular dentro de dos semanas.
De esta manera, Evita acompañará la cotidianidad de una sociedad que se divide entre quienes la aman y la recuerdan como la mayor benefactora de los pobres y quienes la odian por haber sido la primera mujer que desafió los cánones establecidos para su época.
Evita, nacida el 7 de mayo de 1922, vivió su infancia sumida en la pobreza y con el desprecio de no ser reconocida por su padre, pero ello no la amilanó y a los 15 años comenzó a pelear por su sueño de ser actriz.
De papeles de reparto y pequeñas publicidades, Evita pasó a protagonizar películas y a integrarse al mundo del espectáculo, pero su vida dio un giro completo en 1944, cuando conoció y se enamoró del general Juan Domingo Perón.
Eran épocas álgidas en Argentina y Evita, ya reconocida como mujer del influyente militar, fue un factor fundamental para el crecimiento y desarrollo del peronismo, el movimiento político más influyente de este país desde el siglo pasado.
En 1946, Perón comenzó su primera presidencia y Evita se convirtió en una activa primera dama que promovió y logró el derecho al voto femenino y que encabezó la política social beneficiando a millones de trabajadores que aún la recuerdan con amor y gratitud.
Su influencia en el gobierno, sin embargo, generó odios entre aliados y enemigos de Perón, sobre todo entre la oligarquía que nunca soportó que “esa mujer”, como la llamaban con desprecio, destacara de tal manera
Por el contrario, su adicción a los vestidos lujosos y las joyas ostentosas jamás fue cuestionada por sus “descamisados”, como bautizó a los pobres, quienes veían en ella un ejemplo claro de justicia social.
Su popularidad era tal que estuvo a punto de ser candidata a la vicepresidencia de Argentina, pero las intrigas palaciegas impidieron que Perón la sumara a su fórmula en las elecciones de 1951, donde logró la reelección.
Justo en esa época, a Evita se le diagnosticó un cáncer de útero y su muerte temprana, ocurrida el 26 de julio de 1952, con apenas 33 años de edad, selló un mito que se acrecentó después por el periplo que tuvo su cadáver embalsamado, el cual fue robado.
El destino del cuerpo de Evita fue una incógnita durante muchos años, pero finalmente se descubrió que reposaba con otro nombre en un cementerio de Milán y en 1971 fue devuelto a Perón, quien estaba a punto de regresar a Argentina luego de un largo exilio.
Pero si lo que querían los enemigos de Evita era que los argentinos se olvidaran de ella, ocurrió justo todo lo contrario, porque para un inmenso sector de la sociedad ella siempre será más querida y venerada incluso que el propio Perón.