El electricista de la catedral confiesa que robó el Códice por venganza. “Sí, fui yo quien robó el libro. Me lo llevé el 4 de julio del año pasado, sobre las 12 de la mañana”.
La policía dio con la pista de Manuel Fernández Castiñeiras, el supuesto ladrón, al detectar una operación inmobiliaria.
Recuperado el valioso volumen el pasado miércoles, los agentes intentan ahora aclarar el origen de 1,2 millones de euros encontrados en poder del ladrón del Códice, aparte de 30.000 dólares y otra pequeña cantidad de dinero en pesetas. Algunos de los billetes son nuevos y aún estaban empaquetados en fajos. Fuentes de la investigación tienen el convencimiento de que ese dinero procede supuestamente de hurtos realizados de los cepillos de la catedral, además de cuantiosos donativos hechos por particulares a uno de los principales templos de la cristiandad. Estos hurtos los habría cometido a lo largo de los 25 años que estuvo contratado de electricista en la catedral.