La posibilidad de que Grecia abandone el eurozona ha dejado de ser una cuestión tabú en el discurso del Banco Central Europeo (BCE) a tenor de las declaraciones del gobernador del Banco de Bélgica, Luc Coene, quien, a pesar de mostrarse contrario a esta hipótesis, asume que si fuera necesario sería posible llevar a cabo un “divorcio amistoso”.
“Un divorcio nunca es algo bueno, puedes hacer las cosas de una manera amable, pero pueden llegar a ponerse feas y difíciles. Supongo que un divorcio amistoso, si alguna vez fuera necesario, sería posible, pero aún así lo lamentaría”, afirma Coene en una entrevista concedida al ‘Financial Times’.
De hecho, el banquero belga defiende que “lo ideal sería que todos los miembros permanecieran en el club”, puesto que sería lo más positivo para todos, incluyendo a los propios griegos, aunque admite que si un país decide que no continúa deseando formar parte hay que permitir su marcha.
En este sentido, Coene admite que la hipotética salida de Grecia del euro implica el riesgo aún mayor de que esta fuera vista como un precedente y se disparasen las especulaciones respecto a nuevos países que podrían salir de la eurozona, incrementando las tensiones financieras.
“Ese es el principal riesgo, lo demás puede gestionarse. Una vez que has creado un precedente entonces la gente claro que piensa que, bueno, si un país ha salido, entonces podría salir más”, reconoce el banquero.