La lucha que en 2011 han llevado a cabo los pueblos árabes, en especial Túnez, Egipto, Libia y Siria, contra las dictaduras se ha visto recompensada con el premio Sárajov. El galardón que concede el Parlamento Europeo cada año a la libertad de conciencia ha recaído en cinco activistas de la llamada Primavera Árabe.
Finalmente se han cumplido los pronósticos que daban como favoritos para hacerse con el premio al tunecino Mohamed Bouazizi, la egipcia Asmaa Mahfouz, el libio Ahmed al-Zubair al-Sanusi y los sirios Razan Zeitouneh y Ali Farzat.
Competían también por el premio, dotado con 50.000 euros, la colombiana Comunidad de Paz de San José de Apartadó y el opositor bielorruso Dzimitry Bandarenka.
Los grandes grupos del Parlamento Europeo -los populares, los socialistas, los liberales y la alianza de los verdes- habían propuesto conjuntamente las candidaturas de los cinco activistas de la "primavera árabe".
Premio al joven que desató las revueltas
Entre los ganadores destaca el fallecido Mohamed Bouazizi, el joven tunecino que el 17 de diciembre de 2010 se prendió fuego en protesta por la confiscación de su puesto de verduras y la humillación que sufrió por parte de una agente de policía.
Sin más motivos por los que vivir, decidió quemarse a lo bonzo. Finalmente falleció el 5 de enero de 2011. Sin embargo, su muerte fue la chispa que prendió la mecha de las posteriores revoluciones en el mundo árabe.
Comenzó por la revolución de los jazmines en Túnez, que acabó con el derrocamiento y posterior exilio de Ben Ali, le siguió la revolución egipcia con la toma de la plaza Tahrir y la caída de Mubarak y continuó en Libia hasta la muerte de Gadafi y en Siria y Yemen.
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