La cantante colombiana Shakira será la estrella del festival Mawazine, que hoy arranca en su edición más polémica después de sortear las críticas del Movimiento 20 de Febrero, impulsor de las protestas prodemocráticas en Marruecos.
Los británicos Joe Cocker y Yusuf Islam -anteriormente conocido como Cat Stevens-, los estadounidense Kanye West y Lionel Richie, o el maliense Salif Keita son otros artistas que este año actuarán, hasta el 28 de mayo en el festival más grande y multitudinario del país magrebí.
En total, serán más de cien músicos y artistas callejeros -procedentes especialmente de Marruecos, Túnez, Líbano y otros países del mundo árabe- los que durante nueve días llenarán de espectáculos los ocho escenarios instalados en las ciudades de Rabat y Salé, separadas por el río Bou Regreg.
Por parte de España, destacan la participación de Begoña Olavide en un proyecto conjunto con cantantes de Francia y Marruecos; los percusionistas La Banda del Surdo, de Girona; así como los pasacalles llenos de acrobacias de los alicantinos Carros de Foc.
El toque latinoamericano al festival lo darán, a su vez, los colombianos Cimarrón, el argentino Minino Garay, el cubano Alfredo Rodríguez, el brasileño Paulinho da Costa o la música afroperuana de Susana Baca.
El Mawazine -que en árabe significa "ritmo" y "equilibrio"- no ha escapado al viento de cambio que sopla en los países árabes, y llega a su décima edición marcado por una polémica no musical.
Los jóvenes del Movimiento 20 de Febrero, que ese día impulsaron una serie de protestas a favor de reformas democráticas en el país, pidieron en una carta abierta a los artistas del festival que contribuyeran "a las reformas de Marruecos" renunciando a participar en él.
En su misiva, argumentaban a título de ejemplo que "el presupuesto de un Mawazine basta para construir un Museo de Arte Moderno y un Instituto Nacional de Danza, dos pilares potenciales de un desarrollo cultural genuino y sostenible".
También cargaban contra el presidente de la asociación que organiza el festival, Munir Majidi, secretario privado del rey Mohamed VI y encargado de dirigir sus finanzas, y lo acusaban de ser "un símbolo de la corrupción".
Las críticas desataron un debate enconado en la prensa nacional, donde los anuncios de los conciertos compartían espacio con artículos y editoriales que debatían la pertinencia de suspender, en un país en vías de desarrollo, un evento cultural al que acuden centenares de miles de personas y familias de todo Marruecos.
En el semanario francófono "Tel Quel", el director artístico de Mawazine, Aziz Daki, tachó los ataques de demagógicos y subrayó en alusión al presupuesto millonario del evento que "la cultura cuesta dinero".
Además, salió al paso para negar los rumores de anulación que circulaban por Marruecos y aseguró que "el festival se financia casi exclusivamente con fuentes privadas".
Muchos de los integrantes del Movimiento 20 de Febrero han creado una Coordinadora Nacional Contra el Mawazine y denuncian, especialmente, que los patrocinadores "no han accedido a desvelar las cantidades de dinero" que aportan, señaló a Efe Rashid Balgiti, uno de sus miembros.
Para este próximo domingo, cuando está prevista la actuación de las británicas Sugababes, el Movimiento del 20 de Febrero saldrá a las calles de Marruecos en una nueva protesta a nivel nacional, y "muchos lo harán -aseguró Balgiti- también para expresar su rechazo al Mawazine".
De cualquier modo, el festival parece condenado a la polémica, ya que el año pasado grupos islamistas quisieron vetar la participación del cantante Elton John, y hace dos años 13 personas murieron en una avalancha humana tras un concierto. (EFE).
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