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domingo, 22 de mayo de 2011
GIULIANI EX-ALCALDE DE NEW YORK APARECE EN PERU APOYANDO DE KEIKO FUJIMORI
En medio del fragor creciente de la campaña electoral peruana, Keiko Fujimori sorprendió la semana pasada con un fichaje imprevisto:
Rudolph Giuliani, exalcalde de Nueva York,
reconocido por haber logrado una importante reducción de los crímenes en la Gran Manzana durante su gestión, apareció con ella en un mitin en Trujillo, la ciudad con mayor índice de homicidios del país. Aun sin ser un rostro reconocible para el peruano medio, la presencia del exalcalde neoyorquino, que pasó varios días en el país, volvió a fijar el foco de la campaña política en la lucha contra la delincuencia, uno de los puntos más fuertes de la propuesta fujimorista. Durante su visita a Perú, Giuliani -que ahora tiene una empresa de consultoría en temas de seguridad- acompañó a la candidata en recorridos callejeros, visitó varias dependencias policiales y concedió amplias entrevistas. “Estamos haciendo unas recomendaciones sobre cómo ser más eficientes en la reducción del delito. Esta es nuestra única misión y estamos muy complacidos de que Keiko Fujimori nos haya contactado”, declaró.
La seguridad se ha vuelto un tema muy sensible para los peruanos en los últimos años. Según recientes encuestas, la delincuencia cada vez se acerca más al desempleo y la pobreza en la lista de los principales problemas que afronta el país. Y aunque Perú no llega a los niveles de violencia de otros países de la región, como Venezuela o Brasil, la sensación de inseguridad ciudadana es creciente y difícil de revertir. Una encuesta difundida el miércoles por la ONG Ciudad Nuestra evidencia que un 72% de los habitantes de Lima se siente inseguro, mientras que uno de cada cuatro asegura haber sido víctima de algún delito en el último año. La situación es peor en las ciudades del interior, donde en general la policía tiene menos medios para combatir la delincuencia.
La apuesta de Fuerza 2011 por la lucha contra el crimen parece estar dando frutos. En las últimas semanas Keiko Fujimori ha logrado remontar la ventaja que le llevaba Ollanta Humala en los sondeos previos a las elecciones del 5 de junio y ahora encabeza las preferencias. Una encuesta de la empresa Datum difundida ayer le otorga el 45,4% de la intención de voto, contra el 41,8% de su adversario nacionalista, que no incide mucho en la lucha contra la delincuencia en su discurso de campaña, enfocado más en difundir la importancia de los programas de asistencia social y en mejorar la distribución de la riqueza. El término clave de la propuesta fujimorista en la lucha contra el delito es “mano dura”, casi una marca registrada del fujimorismo desde los tiempos del régimen de que tuvo como una de sus principales banderas la lucha contra el terrorismo y al que no le tembló la mano para dar un golpe de Estado cerrando el Congreso el 5 de abril de 1992.
Ahora el enemigo no es Sendero Luminoso, sino las bandas de delincuentes comunes que prosperan en las principales ciudades. Para combatirlas, Keiko Fujimori propone en todos sus discursos (y, con más énfasis, en los mítines que realiza en los barrios pobres de las ciudades) la formación de grupos de vigilantes en los barrios, mejorar la iluminación en las calles, reformar la policía nacional y endurecer las penas para los delincuentes, hasta el punto de volver a instaurar la pena de muerte para los violadores de menores de edad.
Otros miembros de su partido, como su hermano Kenji, añaden ofertas como el regreso del servicio militar obligatorio, con la supuesta finalidad de reeducar a los delincuentes juveniles. En este caso concreto, no obstante, la candidata ha desestimado la propuesta.
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