Según su diagnóstico, La Habana mantiene a Nicolás Maduro en el poder a través de apoyo en inteligencia, seguridad y asesoramiento político. Es por eso que removerlo del Palacio de Miraflores
Marco Rubio, actual Secretario de Estado y asesor interino de Seguridad Nacional de Donald Trump, lleva años sosteniendo una idea central. Esta sostiene que para golpear al régimen cubano hay que empezar por Venezuela.
La hipótesis no es nueva, pero hoy guía buena parte de la estrategia estadounidense en el Caribe. Juan Gonzalez, exasesor del ex presidente Joe Biden, lo resumió así: “Su teoría del cambio implica cortar todo apoyo a Cuba”. En ese marco, explicó, “una vez que Venezuela caiga, Cuba le seguirá”
Venezuela como palanca contra Cuba
Rubio ha insinuado esta idea en público desde hace años. En una entrevista con NPR en 2019, afirmó que "una Cuba debilitada sería una consecuencia bienvenida de un cambio de gobierno en Venezuela". Sin embargo, aclaró que no era “la razón central” para sacar a Maduro.2019: el punto de quiebre y el rol de la inteligencia cubana
La experiencia de 2019 marcó un punto de inflexión en Washington: en abril de ese año transcurrían protestas y deserciones militares en Venezuela. El entonces presidente Trump recibió una llamada antes del amanecer con noticias alentadoras desde la debilidad de Caracas.
La ofensiva fracasó y, según exfuncionarios estadounidenses, la conclusión fue clara: el factor decisivo no fue el respaldo interno de Maduro, sino el rol de Cuba.La inteligencia cubana habría alertado al líder chavista sobre la conspiración y agentes en territorio venezolano habrían colaborado para aplastarla. Incluso se mencionó que Cuba tenía “un avión esperando” para evacuar a Maduro hacia La Habana.