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miércoles, 31 de agosto de 2022

EL PRESIDENTE DE ESTADOS UNIDOS ESTA A las puertas de un juicio político si republicanos recuperan el Congreso




Actualmente existen ocho resoluciones para iniciar un proceso contra el mandatario, pero no prosperan por la mayoría demócrata en la Cámara baja. Eso podría cambiar luego de las elecciones de medio término el próximo noviembre.

¿Puede el actual presidente Joe Biden convertirse en el protagonista de un impeachment o juicio político? La respuesta se sabrá luego del resultado de las elecciones intermedias en noviembre por el impulso que vienen teniendo los republicanos para recuperar la mayoría de ambas cámaras en el Congreso.

Hasta ahora, los candidatos conservadores apoyados por el expresidente Donald Trump están ganando la mayoría de las primarias, lo que significa que muchos de ellos recuerdan cómo el expresidente fue sometido a dos juicios políticos de los que salió absuelto. Algunos podrían decir que hoy los motivos para someter a Joe Biden a un impeachment superan por mucho las razones que llevaron al expresidente ante el Congreso.

Las razones son las fallas más resaltantes de su administración: la crisis migratoria en la frontera sur, la salida desordenada de Afganistán que dejó a ese país a merced de terroristas y de potencias enemigas, así como los negocios de su hijo Hunter Biden con empresas extranjeras. Hay al menos ocho resoluciones para acusar de Joe Biden, pero no vieron luz debido a la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes. Sin embargo, las cosas pueden cambiar. 


Aumenta apoyo al impeachment

El presidente Biden está en uno de los peores momentos de desaprobación y eso queda demostrado en la última encuesta de Ipsos, al darle 58 % de rechazo frente a 38 % de aprobación. Desde que asumió, está en el punto más crítico en términos de popularidad.

Respecto del tema de un juicio político contra Biden, el medio The Hills expone cómo se encuentra hoy el escenario político estadounidense y qué dicen los actuales congresistas para argumentar su proyecto. Allí cita al representante republicano Bob Good.

“El Congreso tiene el deber de responsabilizar al presidente por este y cualquier otro incumplimiento de sus responsabilidades constitucionales, por lo que una nueva mayoría republicana debe estar preparada para realizar una supervisión agresiva desde el primer día”.

Por ende, parece que los motores comienzan a calentarse y el respaldo a la idea, parece ir en ascenso. La congresista Marjorie Taylor Greene es otra que se inclina por el impeachment, de hecho su firma está en cuatro de las ocho resoluciones actuales. De su mano también llegó una acusación formal contra el fiscal general Merrick Garland por el allanamiento reciente contra la residencia del expresidente Trump. Mary Miller, representante por Illinois también parece unirse a la idea de apoyar un juicio político contra Biden.
Una decisión delicada

Ahora bien, cuidar a los votantes moderados debe tenerse en cuenta a la hora de un juicio político. Los demócratas también son conscientes de la importancia de este sector del electorado. Justamente la estrategia del nuevo adversario de Ron DeSantis a la gobernación de Florida, Charlie Crist, es buscar convencer a este grupo. Así que no es un tema menor.

Por eso, «acusar a Biden podría alienar a los votantes moderados y perjudicar al Partido Republicano en las urnas», apunta el medio estadounidense. En contraste, están las expectativas de la base republicana, que al ver los repetitivos errores del mandatario, exigen un pase de factura. La inflación en EE. UU. continúa haciendo mella en los bolsillos de sus ciudadanos, kilos de drogas entran a diario producto de la exacerbada migración irregular y el gasto público aumenta con cada resolución que firma el mandatario. La balanza para decidir si avanzar o no con el impeachment deberá moverse sabiamente.

Los motivos que podrían llevar a ese escenario —con Joe Biden hablando ante ambas cámaras para enfrentar un juicio político— no son débiles como están exponiendo medios alineados al Partido Demócrata. El mandatario viene minimizando la fuerte posición que tenía EE. UU. ante regímenes totalitarios y terroristas, las instituciones están bañadas del tinte ideológico progresista y se toman decisiones populistas sin considerar los graves daños a la economía.

La nación norteamericana va por un camino muy distinto al que la formó como la mayor potencia del mundo, con estabilidad económica y poderío militar.

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