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sábado, 20 de febrero de 2016

EL ATRASO EN LA FORMACION CULTURAL DE MI PATRIA NO PERMITE EL ÉXITO DE LATIDOS CARIBENOS


 
Carlos Márquez

Después del justo homenaje que se le hizo en el Centro Cultural de las Telecomunicaciones a la gran poeta puertorriqueña, Julia de Burgos, me animé a motivar la realización allí de un recital titulado, Latidos Caribeños, historias poéticas.
La idea la publiqué, como ustedes pueden comprobar, en este muro a fin de medir el nivel de aceptación que alcanzaría.
Quiero resaltar que justo en el momento en que publicaba la invitación del recital, llamé al connotado poeta Tomás Castro, el mayor y más completo versificador de la generación del 80 y le pedí la cortesía de gestionar el salón ubicado en la segunda planta del indicado centro cultural.
Conociendo la indiferencia y la apatía que expresa nuestra gente a causa de su atraso que en materia de formación cultural, el poeta me advirtió - Carlos, ese salón es muy grande y, a un recital, solo suelen asistir 20 o 30 personas.
Yo insistí, reiterándole que el salón grande del Centro Cultural de la Telecomunicaciones resultaría pequeño para un evento de la categoría de Latidos Caribeños y que por favor, terminara de hacer los trámites para albergar el recital.
Pasaron las horas. Desperté esta mañana, entré a Facebook y solo cinco distinguidos amigos y amigas, incluyendo a mi hija Madel, habían dicho- me gusta-, o lo que es lo mismo, se habían identificado con la idea del recital y, por ende, con la invitación que coloqué aquí.
Por la calidad de los amigos y amigas que se identificaron con el recital me sentí halagado, pero tuve que aceptar que el poeta Tomás Castro tiene toda la razón. El atraso de formación cultural en mi patria no garantiza que un recital de la calidad de Latidos Caribeños, historias poéticas, alcance el éxito llenando el gran salón del Centro Cultural de las Telecomunicaciones.

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