En tan sólo 24 horas, el Departamento de Policía de Nueva York (NYDP) registró nueve casos de sobredosis de heroína en la Gran Manzana.
Esto ocurrió entre el miércoles y jueves pasado, y coincidió con un panel que realizaba el NYPD con otros departamentos de la Ciudad en el cual se discutió cómo responder al aumento del consumo de opiáceos.
Cuatro de las sobredosis fueron fatales, incluyendo un hombre de 50 años que oficiales encontraron muerto en el baño de una lavandería en Brooklyn. Otro incidente ocurrió en el baño de la tienda Macy’s en la calle 34, en Manhattan, donde un individuo fue localizado inconsciente en la tarde del miércoles y llevado al hospital de la Universidad de Nueva York.
“La epidemia de opiáceos es una crisis nacional”, expresó el comisionado de la Policía James O’Neill en el panel. “Esta crisis no va a desaparecer sola. Por eso nosotros en el NYPD, estamos enfrentándola proactivamente”, expresó.
El departamento indicó que en lo que va del año las sobredosis han aumentado por un 50%.
Entre las medidas que ha tomado la Uniformada para responder adecuadamente están los entrenamientos a los oficiales sobre cómo usar naloxone (una cura para la sobredosis), más investigadores especiales para encontrar a los traficantes y programas de intervención temprana.
O’Neill enfatizó la importancia de tener una solución que incluya educación y medidas de prevención.
El mes pasado el alcalde Bill de Blasio anunció una iniciativa para combatir la epidemia llamada HealingNYC. Allí se incluye la distribución de 100,000 equipos de nalaxone, conectar a 20,000 neoyorquinos con tratamientos médicos y reducir el número de los proveedores.
El proyecto que representa una inversión de $38 millones, está enfocado en reducir en un 35% las muertes por sobredosis de opiáceos en los próximos cinco años.
La semana pasada, la Fiscalía de Brooklyn decomisó 10 kilos de narcóticos incluyendo un nuevo tipo de fentanyl. Esta droga sintética es más potente que la heroína y usualmente se vende como si fueran lo mismo.
En el 2016 alrededor de 1,300 neoyorquinos murieron por sobredosis de drogas
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